Para Ximena, querer ser mamá siempre fue una certeza y uno de los más grandes deseos de su corazón. Algunos años, varios intentos de ser padres, así como un ir y venir entre especialistas y tratamientos sin resultados fueron las razones que los motivaron para comenzar en la búsqueda de una adopción.

Después de varios intentos te preguntas: bueno, ¿qué más sigue? Es cuando comienzas a buscar otras opciones."

Comenzar a transitar por el proceso de adopción es una decisión de dos, es tener el anhelo y estar convencidos de querer ser padres y Ximena y su esposo, estaban convencidos del rumbo que querían tomar. 

Al principio de su camino por la adopción, hubo algunas desilusiones, incertidumbre durante la espera y miedo a los prejuicios que prevalecen en la sociedad. Pero sin desanimarse, en 2019 inició junto a su esposo el proceso de adopción en Casa Cuna Conchita, donde encontró una gran red de apoyo con más matrimonios en la misma situación, reuniones mensuales para conocer más sobre el proceso y un seguimiento integral.

Nos dieron la oportunidad de despedirnos de nuestra paternidad y maternidad biológica, es un proceso que también lo agradezco mucho."

La espera terminó cuando Ximena recibió aquella llamada por la que había orado a Dios y esperado tanto tiempo. 
Aún recuerda el día que llegó a recibir a su bebé y se dio cuenta de que era una niña, eran tan grande su emoción que lo primero que vino a su mente fue, “¿cómo la voy a peinar?” si no sabía hacerlo. Para Ximena, no hay palabra que describa la felicidad de tener a su hija junto a ella. 

Sabe que todo cambió, desde el orden en el hogar, la dinámica laboral, combinar su trabajo con ser madre, pero todo bien vale lo que hoy tiene en casa: a su hija. A quien describe como una niña activa que camina, corre, trepa y hasta parece que tiene dos años, pero aún está en el año y cuatro meses.

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Ximena está por vivir su segundo día de las madres, aunque dice que es como el primero pues ya puede entender lo que significa. Reconoce el amor incondicional de madres biológicas y adoptivas, así como a las mujeres que tuvieron la necesidad de dar a sus hijos en adopción para ofrecerles una mejor vida.

Entendí muchas cosas de lo que es ser madre, y no lo hace la sangre, lo hace el amor."

Ximena invita a otras mujeres a seguir su anhelo y a que se den una oportunidad de ser madres a través de la adopción, dejando los prejuicios atrás y el qué dirán. A quienes están en el proceso les pide que no se desesperen porque todo llega en el momento justo y exacto para ello, sean perseverantes. 

Yo le pedí a Dios una cosa y se tardó tanto, pero él ya sabía por qué, porque ella tenía que llegar precisamente en este tiempo, en este momento."