La obesidad: una enemiga silenciosa

13 Nov 2023

Armando

En México, más del 70% de la población padece sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad.

Armando es un adulto joven de personalidad alegre y simpática, que se describe como una persona activa todo el tiempo; su prioridad es estar con la familia y poder disfrutar el tiempo con sus dos pequeños hijos.

 

Como sucede para muchas personas, las actividades diarias de trabajo, la falta de tiempo y en ocasiones una alimentación poco saludable fueron algunos de los detonantes en el caso de Armando, pero contraer COVID-19 marcó un antes y un después en su salud ya que durante el tiempo que padeció la enfermedad tuvo una drástica pérdida de peso que ganó de forma acelerada al recuperarse.

 

Armando se dedica al comercio y su negocio demanda que se mantenga de arriba para abajo durante todo el día. Poco a poco, subir las escaleras hacia su oficina resultaba más complicado y en ocasiones prefería no volver a bajar porque sus piernas, rodillas y tobillos ya le causaban molestias. El cambio en su ropa fue evidente, las tallas empezaron a ser más grandes y tuvo que cambiar sus botas y jeans vaqueros por tenis y prendas más holgadas que le permitieran moverse con mayor facilidad.

 

Cuando Armando se dio cuenta de los estragos que el sobrepeso le estaba causando, tomó la decisión de hacer un cambio que marcaría su vida. Visitar a un profesional de la salud fue su primera acción; el Dr. Arturo Valdez Álvarez de CHRISTUS MUGUERZA Hospital Saltillo fue quien le propuso un bypass por el método Bagua, un procedimiento que le permitiría reducir su peso y también le daría la oportunidad de modificar sus hábitos de alimentación para cambiar su vida.

 

Después de buscar información sobre el procedimiento, escuchar a otros pacientes y hacer su lista de pros y contras, la decisión de realizarse la cirugía estaba tomada y era momento de tomar cartas en el asunto de su salud.

 

La cirugía fue para mí un apoyo, un trampolín para poderlo lograr sin problema”, menciona Armando.

 

El cambio en su físico después del procedimiento ha sido gradual. Los cambios de hábitos en su alimentación han sido de 180° grados ya que su necesidad de alimentos se ha reducido significativamente. Él sabe que la cirugía fue un impulso para lograr su meta pero que mantener los resultados es también su responsabilidad y una decisión que tiene que tomar todos los días. Después de un año, Armando pasó de 145 kilos a pesar 75.

 

Armando

 

Cambias el hábito. Ya trato de comer calidad no cantidad. Lo que me va a nutrir” remarca.

Su consejo para quienes pasan por la misma situación que él es que busquen opciones e información sobre el método al que son candidatos para que se sientan más seguros y tranquilos al tomar una decisión.

 

Para Armando la vida ha cambiado al “cien por ciento para bien, no para mal”, puede subir escaleras sin problema, entrar debajo del carro para revisarlo si es necesario, ir y venir entre las bodegas de su lugar de trabajo, pero sobre todo pasar tiempo de calidad con sus hijos y poder disfrutar de ellos sin que su estado físico se lo impida.

 

 

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