Recomendaciones para un viaje placentero durante el embarazo

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Estar embarazada no es impedimento para viajar, siempre y cuando:

  • La gestación transcurra sin complicaciones
  • No esté próxima la fecha del parto
  • La salud de la futura mamá sea buena.

Aun así, conviene tomar algunas precauciones. Es por eso que CHRISTUS MUGUERZA Hospital Conchita ha reunido algunas de las principales recomendaciones para que tu embarazo sea una experiencia totalmente memorable. Toma nota:

 ¿Se puede viajar durante el embarazo?

  • El periodo de menos riesgo para emprender un viaje es el segundo trimestre de embarazo a partir de la semana 18, ya que el embrión ha superado las dificultades de implantación, el volumen del abdomen todavía no incomoda demasiado a la embarazada y hay menos peligro de sufrir un aborto espontáneo.
  • Entre la semana 28 y 34 de gestación conviene evitar los desplazamientos largos, ya que la presión física y psíquica que conlleva un viaje de este tipo puede afectar al estado general de la embarazada.
  • Después de la semana 34 es recomendable no moverse mucho, si bien esta no es una norma estricta. Debe ser el ginecólogo el que decida la conveniencia o no de iniciar un viaje en función del estado de la embarazada y la necesidad del desplazamiento.

Es bueno organizar tu viaje con anticipación para evitar los preparativos de emergencia de última hora. Por supuesto, no hay que hacer esfuerzos, ni cargar maletas ni bolsas. Recuerda llevar ropa cómoda (sin elásticos que puedan apretar y cortar la circulación), zapatos flexibles sin tacón, una chamarra por si el aire acondicionad está muy helado, y un bolso ligero de mano con lo estrictamente necesario: pañuelos, accesorios personales de aseo, algo para comer y una botella de agua (es importante beber líquido frecuentemente). En los desplazamientos largos puedes llevar contigo una almohada para las cervicales.

Las mujeres embarazadas tienen más predisposición a marearse cuando viajan, por lo que es bueno llevar a mano algo de comida, como frutos secos, galletas o alguna fruta. Para evitar las náuseas, lo mejor es chupar algo con azúcar, como caramelos, pero sin excederte. No se deben tomar pastillas, ni chicles especiales, ni jarabes para prevenir el mareo sin consultar antes con el médico.

Al elegir el medio de transporte hay que considerar varias cosas: el tiempo que tarda en llegar al destino, la comodidad de los asientos, la movilidad que permite y el acceso a los baños.


En avión:

  • Los viajes en avión no implican ningún riesgo para la madre y el futuro bebé, a menos que esté prohibido por su doctor como en el caso de las mujeres con embarazos complicados o de riesgo, quienes no deben volar durante los nueve meses de embarazo.
  • Es preferible no volar en el último mes de embarazo por el riesgo a que se produzca una rotura de la bolsa o un parto prematuro.
  • La mayoría de las compañías aéreas ponen restricciones a las embarazadas de más de siete meses para evitar la posibilidad de que se presente un parto durante el vuelo. A partir de las 35 semanas de gestación, las aerolíneas exigen un certificado médico que confirme la fase del embarazo y la aptitud para volar de la pasajera. La futura madre debe firmar un documento que libere a la compañía de toda responsabilidad en caso de que surgiera algún problema relacionado con su estado durante el vuelo.
  • Aunque en los aviones es difícil moverse, se recomienda pasear por el pasillo cada hora durante cinco minutos. Los viajes largos, sentadas en sitios con poco espacio, pueden provocar la aparición de una trombosis venosa. El embarazo aumenta este riesgo debido a la obstrucción de la vena cava por compresión del útero.
  • Al reservar la plaza conviene pedir un asiento de pasillo, que facilite la entrada y la salida, y que esté cerca del baño.
  • El cinturón de seguridad debe colocarse por debajo del vientre, sobre las caderas.
  • Al abandonar el avión hay que evitar los empujones y posibles golpes con el equipaje de mano, por lo que, si la embarazada no puede salir de las primeras, conviene que espere y se quede hasta el último.
  • Los detectores de metales que se usan en los aeropuertos son totalmente inofensivos para la futura madre y su bebé.

En carro:

  • El automóvil suele ser la mejor opción para los trayectos cortos, sobre todo si lo lleva otra persona. En los últimos meses de embarazo los médicos suelen desaconsejar la conducción.
  • Se recomienda parar cada dos horas como mínimo para estirar las piernas, ir al baño y caminar durante diez minutos.
  • Es obligatorio utilizar el cinturón de seguridad todo el trayecto. La cinta inferior debe colocarse por debajo del vientre, mientras que la parte superior del cinturón debe colocarse entre los pechos, cruzando uno de los hombros.

Los menos aconsejables: autobús y barco

  • De todas las opciones, el autobús es el transporte menos recomendable. No suele tener baño, y si lo hay, es de pequeñas dimensiones. Las posibilidades de movimiento son mínimas (no se puede pasear, los asientos son estrechos...) y, además, suele realizar paradas continuas.
  • Los viajes en barco se consideran muy poco aconsejables para una gestante por los vaivenes de las olas.
  • Si, a pesar de ello, decides tomar un crucero, hay que evitar los programas demasiado cargados de actividades. Lo importante es reposar y relajarse y, por supuesto, no realizar ninguna excursión que pueda resultar peligrosa.

¿Qué llevar en tu maleta?

  • Para prevenir sorpresas, antes de salir de viaje hay que hablar con tu ginecólogo y pedirle una carta que resuma tu historial médico.
  • Hay que llevar contigo, aunque el viaje sea corto, un informe con los datos clínicos del embarazo, por si fuera necesario acudir a otro doctor en el lugar donde te encuentres.
  • Conviene incluir una agenda con los teléfonos más importantes (familiares, amigos, servicios de urgencias, taxis, etc.) y un neceser con lo imprescindible en caso de parto prematuro.
  • Siempre hay que llevar a mano la documentación de los seguros médicos y de viaje.
  • Conviene asegurarse una buena atención médica en el lugar de destino, por si surgiera algún problema o se precipitara el parto.

Ahora que ya lo sabes, esperamos que lleves a cabo estos consejos para que tu viaje sea tan placentero como tu embarazo.

Etiquetas: Maternidad