Monterrey. – En el Día del Médico reconocemos la labor de los profesionales de la salud quienes, día con día, luchan al lado de sus pacientes para alcanzar el bienestar y la dicha de seguir disfrutando la vida al lado de su familia.

En esta fecha tan especial, te compartimos los testimonios de algunos de los médicos de CHRISTUS MUGUERZA, cuya vocación y amor al prójimo los convierten en una inspiración para el ejercicio de la práctica médica.

“Ayudo a las familias y tengo el privilegio de preocuparme por la salud de los niños”: Aleyda Monreal, pediatra y neonatóloga en CHRISTUS MUGUERZA Hospital San Nicolás   

Desde que era una niña, Aleyda Monreal siempre tuvo el interés de ayudar a otras personas y recuerda sentir, incluso, preocupación por quienes tenían alguna enfermedad o discapacidad física.

Respondiendo a este deseo, Aleyda tomó la decisión de estudiar medicina y realizar una especialidad médica. En 2017, habiendo cumplido su sueño de ser doctora, Aleyda ingresó a Hospital San Nicolás para desempeñarse como pediatra y neonatóloga.

Su profesión le ha permitido cumplir con ese anhelo de su niñez y ser para muchas familias un gran apoyo en los momentos más angustiantes y de crisis, lo cual es lo que más le gusta de su trabajo.

“Hacer una diferencia en mi comunidad, sentir que ayudo a las familias y el privilegio de preocuparme por la salud de los niños”, expresó. 

Aunque ejercer su profesión representa una gran satisfacción en su vida, también ha sido un gran reto encontrar el equilibrio entre la pasión por su trabajo y su vida personal y familiar, aunque, incluso, distintos aspectos de su vida personal como convertirse en mamá, le han dado fuertes herramientas para, en su día a día, tener más empatía con sus pacientes y con los padres y madres angustiados por la salud de sus hijos o hijas. 

“Como pediatra aprendí mucho de mi experiencia como mamá, a ser más empática a entender como las preocupaciones de los padres son reales y tangibles aún cuando su bebé esté sano. Creo que la maternidad me hizo una mejor médico y una mejor pediatra”, explicó.

“Me gusta ayudar a que los enfermos se sientan mejor y verlos contentos”: Dr. Miguel Inzunza, médico internista en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Reynosa

Para el Dr. Miguel Inzunza, cada paciente es una experiencia en la cual da lo mejor de sí para brindarles bienestar.

A través de su profesión como médico internista, la cual desempeña en Hospital Reynosa, el Dr. Miguel Inzunza cuida y vela por la seguridad de sus pacientes. Asimismo, busca aprender de cada caso que lidera para adquirir nuevas herramientas que le ayuden a fortalecer sus conocimientos.

El deseo de aprender ha acompañado al Dr. Miguel a lo largo de su carrera como médico y esta misma inquietud fue la que lo motivó a estudiar medicina para, en palabras de él, “saber cómo funciona el cuerpo humano y a qué se deben las enfermedades”.

Hoy, su día a día, consiste en atender a sus pacientes desde su consultorio, así como realizar pase de visita hospitalaria en el cual revisa a aquellos pacientes que se encuentran hospitalizados. Es en estas actividades donde encuentra una mayor satisfacción a su trabajo y encuentra su principal motivación: ayudar a que las personas recuperen su salud.

“Me gusta ayudar a que los enfermos se sientan mejor y verlos contentos”, expresó.

Para el Dr. Miguel los días más difíciles en su trabajo son aquellos en donde tristemente enfrenta junto a sus pacientes padecimientos incurables, pero que son también una oportunidad para transformar esta impotencia en un aprendizaje para él y sus pacientes.

En el Día del Médico, el Dr. Miguel Inzunza envía un mensaje a sus colegas, a quienes invita a seguir ejerciendo esta profesión respondiendo a la confianza de sus pacientes.

“Continúen ejerciendo esta hermosa profesión donde los pacientes nos brindan su confianza, poniendo su vida en nuestras manos”, finalizó.

“La cirugía me apasiona, en ese momento me olvido de todo lo que está a mi alrededor”: Dr. Jesús Montes, cirujano gastroenterólogo en CHRISTUS MUGUERZA Hospital San Nicolás

Para el Dr. Jesús Montes Chaverri lo más importante de su profesión es ayudar a las personas a sanar. Desde hace dos años se desempeña como especialista en cirugía gastrointestinal, hepato pancreato biliar, y cirugía laparoscópica avanzada en Hospital San Nicolás y, desde entonces, el camino ha estado lleno de retos, pero con un gran aprendizaje y amor a su trabajo.

Los días en el hospital son siempre distintos para el Dr. Jesús. Su jornada laboral inicia con algunas consultas y con el pase de visita a pacientes hospitalizados. Cuando necesita practicar alguna cirugía, los días se transforman, pues en ocasiones, las cirugías pueden ser sencillas o también altamente complejas.

“Varían mucho mis días, ya que no tengo un horario fijo a veces puedo operar en la mañana, a veces en la tarde o por la noche, en la madrugada dependiendo cuando se requiera. Los días laborales son muy pesados, pero bueno hacemos lo que nos gusta y eso es lo más importante, ayudar a la gente a quitar esa enfermedad”, explica.

Aunque sus días laborales suelen ser pesados, el Dr. Jesús ama su profesión y lo que más le gusta de ella es ejercer una especialidad que le exige ser resolutivo con sus pacientes y ayudar a que puedan regresar al lado de su familia.

“Lo que más me gusta de ser médico es que elegí una especialidad muy bonita en la que al paciente lo podemos ayudar, es una especialidad en la que debemos ser resolutivos, es lo que me gusta mucho de ser médico, de poder ayudar a la gente a quitarle su enfermedad, a resolverle el problema, a que regrese a su casa con salud y bienestar”, expresa.

A lo largo de su práctica médica, el Dr. Jesús ha recopilado una gran cantidad de experiencias, las cuales sin duda lo han llevado a crecer profesionalmente, tal es el caso de culminar de manera exitosa sus estudios de medicina, así como ingresar a sus estudios de especialidad y realizar múltiples cursos y diplomados, todo ello para seguir fortaleciendo sus habilidades y brindar a sus pacientes una atención de excelencia.

“Ser especialista, realizar múltiples diplomados, entrenamientos para hacer cirugías mucho más complejas y tener la experiencia para resolver esos diagnósticos tan complicados, han sido las experiencias que van marcando mi profesión. La cirugía me apasiona, en ese momento me olvido de todo lo que está a mi alrededor y eso se traduce en los resultados que tenemos con nuestros pacientes”, explica.

“Mi propósito de cada día es ofrecer una atención profesional”: Dra. Klelia Medina, médica general en Hospital Faro del Mayab.

Desde que se convirtió en doctora, los días en la vida de Klelia Medina Chávez, médica general en Hospital Faro del Mayab, no son iguales, pero eso sí, siempre le dejan una gran satisfacción de haber ayudado a distintas personas a recuperar su salud.

Klelia estudió medicina general y cuenta con una maestría en Nutrición Clínica y Administración de Instituciones de Salud. Recuerda que su principal motivo para elegir esta profesión fue su gran interés por aprender el funcionamiento del cuerpo humano y cómo es afectado por el ambiente, e incluso, las emociones que lo rodean y, sobre todo, qué hacer para evitar que enferme.

Desde hace dos años se desempeña en la unidad de Check Up y medicina preventiva de Hospital Faro del Mayab, lugar que le ha permitido generar nuevas ideas para brindar un servicio integral a cada paciente y responder a su confianza.

“Cada día lo vivo con retos y nuevos aprendizajes (…) Me comprometo en ofrecer el mejor servicio para las personas que confían en nuestra institución, generando nuevas ideas para crear un servicio integral que abarque la atención y detección oportuna de condiciones que afectan la salud. Mi propósito de cada día es ofrecer una atención profesional, conseguir que el usuario viva la experiencia con trato cálido y deposite su confianza en nosotros”, explica.

Una de las experiencias que más han marcado su práctica médica ha sido brindar capacitación en salud a pacientes y sus familiares. Esto le ha permitido reafirmar que la medicina no sólo se especializa en el enfermo, sino en todo lo que le rodea y que, a su vez, permite una recuperación integral.  

“La atención enfocada en la enseñanza al paciente, permite el autocuidado y la participación de la familia en el tratamiento. Esta experiencia me dejó en claro que mi profesión busca el bien del enfermo y de todo su entorno en el que vive”, explica.