En la Salud, la tercera no es la vencida

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La edad no es un pretexto para no cuidar la Salud. Estar en la tercera edad es una oportunidad de introducir hábitos y actitudes saludables que pueden aportar beneficios importantes, como: mejorar la condición cardiovascular, aumentar el consumo de oxígeno, mejorar la resistencia corporal y fomentar la pérdida de grasa corporal. Además, funciona como prevención de diversas enfermedades y retrasa las consecuencias del envejecimiento, proporcionando al adulto mayor una autonomía superior.

Lógicamente es importante adecuar los ejercicios para la tercera edad que aporten el beneficio físico y potencien el bienestar en distintos aspectos de la vida, como favorecer relaciones sociales al compartir gustos con los demás o pertenecer a clubes deportivos, ya que esto puede ayudar a mantener sanos el cuerpo y la mente. Si tienes algún abuelito en casa, ayuda a que su actividad física diaria cumpla con las siguientes variaciones:

  • Ejercicios de resistencia cardio-respiratoria. Caminar, nadar o andar en bicicleta al menos tres veces por semana, a una intensidad moderada, de 20 a 40 minutos.
  • Ejercicios de fuerza. Requieren un calentamiento previo y posterior, pues se trabajan músculos que se pueden lesionar más fácilmente. Los movimientos deben ser suaves y naturales.
  • Ejercicios de coordinación. Igual que las de fuerza, requieren una preparación previa. Son actividades que mejoran la flexibilidad y la agilidad.

El médico de cabecera es una pieza clave al momento de que algún adulto mayor desee realizar actividad física: Es importante conocer el estado real de Salud para afrontar limitaciones que se pudieran presentar, especialmente las que son consecuencia de padecimientos anteriores o actuales y la práctica previa de algún deporte. En general no es recomendable que practiquen deportes de gran esfuerzo, como el fútbol o tenis, ya que éstos pueden ocasionar sobrecargas cardiacas y respiratorias. Además, revisa estas recomendaciones:

  • Durante el ejercicio es imprescindible controlar regularmente el pulso, pues si está muy rápido hay que descansar. Verificar el tiempo de retorno a la calma es importante, pues un tiempo de recuperación demasiado largo es indicativo de que algo no marcha bien.
  • Procura que se elijan actividades que sirvan para mejorar la resistencia cardio-respiratoria, evitando siempre los esfuerzos muy intensos. Es mejor un esfuerzo continuado y de intensidad moderada.
  • La actividad física debe ser regular y constante. En caso de suspender el programa durante un tiempo, se debe procurar que al reanudarlo se haga de forma progresiva.
  • Evitar esfuerzos que exijan posturas estáticas, rígidas.
  • Parar al menor síntoma de dolor, mareo, vértigo, respiración jadeante o dolor de cabeza.
  • Con el aumento de edad se está más propenso a las lesiones debido a la pérdida de elasticidad de los tejidos del aparato locomotor, por lo que se recomienda que los esfuerzos sean siempre de baja intensidad y de duración relativamente larga (marcha, bicicleta, natación etc.).

Uno de los objetivos prioritarios de prevención de enfermedades y promoción de la Salud para este nuevo milenio es fomentar la actividad física en todas las edades, intentando aumentar la proporción de personas adultas que realicen ejercicio físico de forma regular al menos 30 minutos al día, preferiblemente todos los días, disminuyendo al máximo la población sedentaria.

Lleva esta información a todos los adultos de la familia para que, al igual que tú, puedan iniciar hábitos saludables, y este estilo de vida sea algo que los una y fomente su unión familiar.

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